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Historia de la Iglesia Primitiva | History of Early Church
Product Description
El cuadro de la Iglesia en los tres primeros siglos escrito por el inglés M. Backhouse y completado por M. Tylor aplica al estudio de los primeros tiempos cristianos el procedimiento intuitivo. Recoge la información de preciosos grabados, de los secretos de las catacumbas, de los relieves de los sepulcros, de las imágenes talladas en la roca, donde esculpían los primeros creyentes la huella indeleble de su fe por nadie aventajada. Rescata las actas de los martirios y devuelve a la luz del sol las escenas de aquella edad heroica Este libro es, a la vez, un modelo de los nuevos métodos de investigación científica-histórica y un tratado de instrucción religiosa para un pueblo que se honra de su nombre: cristiano».
Dice el adaptador Alfonso Ropero Berzosa:
«La Historia de la Iglesia primitiva de Backhouse y Tylor tiene el mérito de descansar enteramente en lo mejor de las fuentes originales a nuestra disposición y en lo más destacado de la erudición de su época —segunda mitad del siglo XIX—, en la que el cristianismo evangélico se manifestó espléndido y creativo en el campo de las misiones, de la obra social, de la predicación y del estudio bíblico y teológico. Siglo de grandes hombres de la fe, sin duda, que supieron aprovechar la coyuntura victoriana que puso a su disposición los canales apropiados para dar salida a una energía que se derramó por todo el globo y dejó su huella en muchas instituciones que todavía perviven en la actualidad. Por eso, por reflejar un estado grande del espíritu evangélico, esta obra tiene hoy el mismo interés que cuando se escribió hace más de un siglo.
No hay nada que temer del paso del tiempo que tanto afecta a los estudios académicos en general, e historiográficos en particular. La investigación moderna confirma, no desmiente, las líneas básicas trazadas por los autores.
Sólo en casos muy concretos, aunque importantes, ha sido necesario corregir a los autores en aras de la fidelidad histórica. Ha sido en aquellos donde Backhouse y Tylor han claudicado de su hacer histórico y permitido que sus prejuicios denominacionales coloreen los textos primitivos imprimiéndoles, o mejor, imponiéndoles un sentido extraño, propio de una manera de concebir el cristianismo que floreció en la Sociedad de Amigos, popularmente conocidos como cuáqueros, de la que los autores fueron miembros convencidos.
A la vez, para enriquecer y poner al día una obra tan completa y bien estructurada, hemos intercalado en el texto frases completas de autores antiguos y modernos que confirman y expanden el relato y el análisis de los autores, profundizando en el alcance y dimensión social y doctrinal del cristianismo primitivo. Por amor a la claridad y no hacer farragoso el texto, no hemos considerado necesario indicar a cada instante las partes añadidas; el buen lector advertirá que cuando aparece la cita de un historiador moderno —del siglo XX— es evidente que se trata de un añadido editorial que no necesita más aclaración.
Ha sido menester ampliar la parte correspondiente a la base jurídica de las persecuciones, la diferencia entre el ágape y la Santa Cena, el tema del altar y el bautismo, las limosnas, la organización del ministerio eclesial y el celibato, la expansión misionera mundial y la evangelización de España, el significado de Constantino y el problema de los circunceliones.
Por una extraña costumbre del siglo XIX, los escritores solían citar obras de otros autores sólo por su nombre, título y número de página, sin indicar editorial, lugar y fecha de publicación. En muchas ocasiones las mismas editoriales no ponían la fecha de publicación, con la consiguiente dificultad para el estudioso interesado en el dato exacto de salida de la imprenta. En el caso de la presente obra nos hemos visto obligados a enfrentar este problema, que hemos resuelto satisfactoriamente en la mayoría de los casos. Recurriendo a nuestras fuentes de documentación, y después de un laborioso cotejo y rastreo de obras y autores, hemos puesto fecha y lugar de edición a aquellas citas tan parcas de la edición original —que arrojan al lector un cuerpo mutilado—, otorgándoles así la luminosidad de una presencia editorial bien acabada.
De esta manera, trabajando en equipo, facilitando herramientas y edificando sobre lo ya construido, cada cual, conforme a la gracia que Dios le haya dado, mire cómo edifica y abre nuevos surcos en lo ya pues- to y trazado por autorizados maestros constructores (1a Cor. 3:10)».