“Vivimos en una época obsesionada con el placer sexual. La lujuria nos acecha continuamente, como la mujer de Potifar. Muchos cristianos se sienten demasiado débiles ante un enemigo tan fuerte. Otros se ven atrapados con sus falsas promesas, como Sansón, que vio cómo las cuerdas de Dalila pronto eran pesadas cadenas. En medio de esta batalla por la pureza, esta obra se convierte en un arma indispensable para el pastor y maestro. Recomiendo encarecidamente este libro, deseando que Dios lo use poderosamente para liberar a muchos que aún están cautivos”
– David Barceló